Política

Macron: «El plan de autonomía Marroquí es ‘la única base’ para resolver el conflicto» Un paso adelante

Es una dialéctica histórica. También es una necesidad geopolítica de primer orden. Después de cada congelación viene un deshielo. Era claro que esta frialdad que caracterizaba las relaciones entre Rabat y París desde hace muchos meses, debía transformarse, tarde o temprano, en un cálido abrazo entre dos países aliados en fundamentos comunes, y esto en más de un sentido. Hoy, es una gran señal y un paso dado por Francia, bajo el impulso del Presidente Emmanuel Macron, quien ha reconocido, en una carta dirigida a Su Majestad el Rey Mohammed VI, que el plan de autonomía marroquí es «la única base» para resolver el conflicto.

De hecho, el mensaje dirigido a Su Majestad es claro y explícito: París reconoce que el plan de autonomía marroquí para el Sahara Occidental data de 2007.

Este plan es «la única base para llegar a una solución política justa, duradera y negociada de acuerdo con las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas», se lee en la carta del presidente Emmanuel Macron dirigida a Su Majestad Mohammed VI, hecha pública por el Elíseo el martes 30 de julio. Para el jefe del Elíseo, «el presente y el futuro del Sahara Occidental se inscriben en el marco de la soberanía marroquí».

Francia, al igual que el resto de las grandes potencias mundiales, une su voz al concierto de naciones para avanzar en un conflicto que ha durado demasiado tiempo, y esto para el bien de toda una región de Marruecos, para las provincias del Sur, que, bajo el reinado del Soberano, han conocido un gran auge, en todos los niveles.

Es, por tanto, un gran paso importante que permite sanear el terreno con Marruecos y abrir un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales que siempre deben basarse en intereses comunes de igual importancia y, sobre todo, en un respeto mutuo de las causas nacionales inalienables como es el caso de la cuestión del Sahara marroquí. Un dossier prioritario sobre el cual París acaba de decidir escuchando la voz de la razón y, sobre todo, asumiendo las realidades de un Sahara que no puede existir más que marroquí.

Hoy, París borra la espesa bruma de estos últimos meses al volver a mejores relaciones con un aliado sólido y creíble como Marruecos, punta de lanza de la estabilidad política en toda esta región del mundo. Un aliado poderoso en sus bases, dotado de una dinámica innegable y una visión del mundo decididamente orientada hacia relaciones saludables, de respeto y estima entre las naciones, en cooperaciones equilibradas, de igual a igual, para el bien de todos, en un mundo a la vez globalizado pero cediendo cada vez más a las polarizaciones y divisiones regionales.

Hoy, la Francia de Emmanuel Macron tiene todo que ganar al poner sus relaciones seculares con Marruecos nuevamente en el buen camino. En todos los niveles, lo que une a las dos naciones es capital: la economía, las finanzas, el mundo de los negocios, las nuevas tecnologías, los desafíos energéticos, la política, la estabilidad y la paz, y sobre todo los intercambios entre París y el resto de África, de la cual Marruecos es hoy la puerta de entrada indiscutible e indiscutida.

Este 30 de julio de 2024, marca, por tanto, la escritura de una nueva página en las relaciones entre Rabat y París, instalando, juntos, a largo plazo, una visión común para el futuro de ambos países, con el reconocimiento por parte de París de la soberanía de Marruecos sobre su Sahara.

Fuente: La Quotidienne Por Abdelhak Najib, escritor-periodista y redacción en español por El periódico marroquí

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