Las investigaciones y el seguimiento de las actividades de la célula terrorista desarticulada recientemente se llevaron a cabo durante casi un año (Habboub)
Las investigaciones y el seguimiento de las actividades de la célula terrorista llamada “leones de la khilafa en el maghreb el aqsa”, desarticulada recientemente, se llevaron a cabo durante casi un año, indicó, hoy lunes en Salé, el director de la Oficina Central de Investigaciones Judiciales (BCIJ), Cherkaoui Habboub.
Interviniendo en una rueda de prensa organizada por la BCIJ, Habboub precisó que estas operaciones permitieron la detención de doce miembros en las ciudades de El Aaiún, Casablanca, Fez, Taunat, Tánger, Azemmour, Guercif, Ouled Teima y Tamesna, en las afueras de Rabat. Estos individuos habían realizado recientemente operaciones de reconocimiento para identificar objetivos en varias ciudades marroquíes.
El responsable agregó que la BCIJ, basándose en información de inteligencia precisa proporcionada por la Dirección General de Vigilancia del Territorio Nacional (DGST), logró frustrar un peligroso plan terrorista que tenía como objetivo Marruecos, con la orden y el apoyo directo de un alto dirigente de la organización «Daesh» en la región del Sahel africano apodado Abderrahman Al Sahraoui, de nacionalidad libia.
Las investigaciones y registros realizados en el marco de esta operación de seguridad permitieron, en una primera fase, incautar una gran cantidad de equipos y materiales utilizados en la preparación de un inminente y peligroso proyecto terrorista. Entre ellos se encontraron varios artefactos explosivos listos para ser utilizados, materiales sospechosos de ser empleados en la fabricación de explosivos y armas blancas, explicó.
Las investigaciones técnicas iniciales también revelaron que algunos miembros que esta célula, encargados de la coordinación, poseían coordenadas y direcciones vinculadas a un escondite de armas y municiones destinado a los miembros del grupo para ejecutar sus planes terroristas, subrayó Habboub, añadiendo que este escondite fue identificado en la provincia de Errachidia, específicamente en la orilla oriental de «Oued Guir» en «Tel Mezil», comuna y distrito de Oued Naam, en la región de Boudenib, cerca de la frontera oriental del Reino.
Según Habboub, tras desplazarse al lugar señalado mediante sistema GPS, se constató que el escondite se encontraba al pie de un terreno escarpado, lo que requirió el uso de equipos especializados, la implementación de un protocolo de seguridad antiterrorista y la intervención de unidades caninas entrenadas para detectar explosivos, además de dispositivos de detección de metales, robots para identificar objetos sospechosos y un escáner de rayos Χ.
Las operaciones de exploración topográfica, rastreo e inspección, que duraron más de tres horas, permitieron hallar un cargamento de armas y municiones enterrado en un área remota al pie de una formación rocosa, prosiguió.
El arsenal confiscado en el marco de esta operación incluía dos rifles Kalashnikov con cargadores de munición, dos escopetas, diez pistolas de diferentes tipos y una gran cantidad de munición de diversos calibres, que estaban envueltos en bolsas de plástico y periódicos procedentes de Malí, entre los cuales se encontraron semanarios fechados el 27/01/2025, detalló Habboub.
El análisis balístico realizado por los expertos en armas del Instituto de Ciencias y Evidencias Forenses de la Dirección General de Seguridad Nacional ha demostrado que estas armas están en buen estado de funcionamiento. Sin embargo, sus números de serie fueron eliminados intencionadamente para ocultar su origen y algunos de sus cañones fueron recortados para facilitar su ocultación y transporte.
Según la información disponible hasta la fecha, el precitado alto dirigente de Daesh en el Sahel, Abderrahman Assahraoui el Libio, quien tiene vínculos con redes de contrabando, fue quien proporcionó este arsenal a los miembros de la célula terrorista, destacó Habboub, sosteniendo que gracias a la vigilancia de los servicios de seguridad, se logró incautar estas armas y evitar una catástrofe en caso de que los terroristas hubieran conseguido utilizarlas.