El Sáhara marroquí en el centro del reajuste diplomático internacional: Entrevista con Mohamed Ben Abdelkader
La cuestión del Sáhara marroquí sigue siendo uno de los temas más sensibles y estratégicos tanto en la escena nacional como internacional. A lo largo de las últimas décadas, Marruecos ha sabido consolidar su posición mediante una diplomacia firme, una visión de desarrollo regional y un compromiso claro con la
estabilidad. Las recientes declaraciones de Estados Unidos, reafirmando su apoyo a la soberanía marroquí sobre el Sáhara, no hacen sino confirmar una tendencia internacional en favor de una solución realista y duradera, basada en el plan de autonomía propuesto por el Reino. En este contexto, ofrecemos a nuestros lectores una entrevista exclusiva con el Sr. Mohamed Ben Abdelkader, exministro de Justicia del Reino de Marruecos, cuya trayectoria y conocimiento aportan una
lectura profunda de los desafíos y de las perspectivas futuras que rodean la cuestión del Sáhara marroquí.
Señor Ben Abdelkader, en calidad de exministro y figura destacada del panorama político marroquí, ¿cómo valora la posición constante y reforzada de Estados Unidos a favor de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, especialmente tras la reciente declaración?
En mi juicio la reciente reafirmación del apoyo de Estados Unidos al plan de autonomía para el Sahara bajo soberanía marroquí, se enmarca en el contexto del regreso de los republicanos al poder y la vuelta del presidente Donald Trump a la Casa Blanca, este contexto se caracteriza principalmente por las voces que se alzan pidiendo una política estadounidense más dura y determinante respecto al conflicto del Sáhara, incluso exigiendo una presión para reconsiderar la legitimidad del Frente Polisario, como lo ha dejado saber el republicano Joe Wilson que estaría preparando un proyecto de ley para clasificar al Polisario como grupo terrorista. Además, habría cartas en el mismo contexto que se estarían manejando, algunas para exigir el fin de la misión de la MINURSO, otras para retirar la cuestión del Sáhara de la IV comisión.
Yo creo respecto a este contexto que el proceso político relativo al Sáhara marroquí ha alcanzado el límite de sus multiples paradojas, de las cuales se puede destacar las dos siguientes: la primera concierne la identificación de las verdaderas partes de este conflicto, todo el mundo ha llegado hoy a saber que papel que desempeña Argelia exactemente en el asunto, sino como este país levanta revuelos y intenta poner el mundo patas arriba cada vez que un Estado soberano reconoce el carácter marroquí del Sáhara, y luego viene a contarnos en Naciones Unidas que no es una parte implicada. La segunda paradoja consiste en el hecho de seguir creando confusión sobre este conflicto en la IV comisión, pues es evidente que, con el reconocimiento por parte de Estados Unidos y Francia, dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, de la marroquínidad del Sáhara, además de España antiguo colonizador del territorio, sería absurdo que esta cuestión siguiese tratada ante la IV Comisión de descolonización, y por tanto habrá que retirarla de allí lo más pronto posible. Para volver a su pregunta yo diría que se trata de un punto de inflexión decisivo y sin precedentes que parece estar viviendo la cuestión del Sáhara marroquí. En efecto, además del
nuevo apoyo de Estados Unidos a la Iniciativa de Autonomía marroquí, solemnemente proclamado, el Enviado Personal del Secretario General de la ONU al Sáhara, Staffan de Mistura, parece que no le queda más remedio que actuar desde una nueva perspectiva que consiste en tres puntos fundamentales y complementarios, que son el abandono definitivo de la 2 opción del referéndum defendida por Argelia, la redefinición de la misión de la MINURSO,
puesto que el reposicionamiento estratégico de Washington en favor de la soberanía marroquí sobre el Sáhara podría precipitar la desaparición de este dispositivo o al menos la redefinición de su papel, y tercero, que Argelia acepta su papel como actor implicado y concernido en este
conflicto
Cómo interpreta usted el interés creciente de Estados Unidos en la región del Sáhara y en el norte de África en general? ¿Existe, según usted, una visión
estratégica a largo plazo por parte de Washington para esta zona?
la administración Trump impulsada por la doctrina de la «paz a través de la fuerza», esta efectivamente manifestando un creciente interés por esta región, que se puede explicar a través de una combinación de factores geopolíticos, económicos y estratégicos. En primer lugar, está la competencia estratégica con China, en la que Estados Unidos considera la resolución del conflicto del Sáhara como esencial para frenar la expansión de la influencia china en una zona estratégica que une el Mediterráneo y el Atlántico. Al consolidar su posición en esta región, Estados Unidos busca fortalecer sus alianzas estratégicas y demostrar su eficacia diplomática en la región del Magreb, y en particular del Sahel, que se enfrenta a importantes desafíos en materia de seguridad, incluido el aumento del terrorismo. Estados Unidos apoya los esfuerzos de Marruecos para promover la estabilidad regional, incluido su papel para abordar la inestabilidad en el Sahel y su apoyo al proceso político en Libia, y eso en un momento en que el régimen argelino, de una crisis a otra con sus vecinos Magrebíes y subsaharianos, está perdiendo toda credibilidad como actor estatal por la paz y la estabilidad.
Además de Estados Unidos, el hecho de que muchos países europeos especialmente Francia y España apoyan el plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara, crea un consenso internacional que fortalece la posición de Marruecos y alienta a Estados Unidos a mantener su apoyo para lograr una solución política duradera. En resumen, el creciente interés de Estados Unidos en el Sahara y el Magreb se inscribe en una visión estratégica a largo plazo por parte de Washington para esta zona y que consiste en la necesidad de apoyar a un aliado estratégico, contrarrestar la influencia de potencias competidoras, promover la estabilidad
regional y fortalecer su posición geopolítica en el norte de África.
El plan de autonomía propuesto por Marruecos ha sido descrito por muchos países como serio, creíble y realista. ¿Qué elementos destacan en este plan desde el punto de vista legal y diplomático?
El plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara está bien estructurado jurídica y diplomáticamente, lo que hay que destacar por el momento en mi humilde opinión, es que este plan al mismo tiempo que delega una amplia autonomía a la población en la región, garantiza la soberanía marroquí y asegura la unidad territorial y estatal del Reino de Marruecos. En términos diplomáticos este plan es reconocido por varios países (Estados Unidos, Francia Alemania, España…) como la base seria, creíble y realista para una solución política al conflicto, aunque cabe recordar como lo aclaró el jefe de la diplomacia marroquí
últimamente en Madrid, que el plan de autonomía marroquí constituye una dinámica para lograr una solución bajo la égida de las Naciones Unidas, y no una simple postura diplomática. Para los que empezaron a exigir que la iniciativa marroquí de autonomía debería ser explicada con más detalle, yo creo que no hay mejor respuesta que la del ministro de asuntos exteriores Nasar Bourita, que dejó bien claro que la iniciativa de autonomía es un punto de llegada y no un punto de partida, y que esta iniciativa tiene sus propias líneas rojas.
Cómo valora usted la implicación de Argelia en este conflicto y su rol en el mantenimiento de la tensión regional?
La implicación directa de Argelia en la creación y la perpetuación de este conflicto, es innegable y tan clara como el agua, aunque Argelia había logrado por mucho tiempo promover el relato de la lucha por la independencia de un « pueblo saharaui » que en realidad fue inventado por el mismísimo Franco, y que Argelia solo está aquí para aportar su apoyo a la causa saharaui dentro del marco de sus principios fundamentales, que incluyen el respeto al derecho internacional, la autodeterminación de los pueblos y el proceso de descolonización incompleto del territorio. A lo largo del tiempo, la evolución de los hechos sobre el terreno, la
torpeza de la propia diplomacia argelina y la nueva dinámica diplomática de Marruecos liderada por el Rey Mohamed VI, han contribuido de modo determinante en la destrucción del argumento oficial de Argelia respecto a este conflicto, y por tanto el descrédito de su agenda separatista. Hoy en día tanto los grandes potencias en el mundo, que los más destacados expertos en la geopolítica además de una gran parte de la opinión pública internacional saben perfectamente que la perpetuación del conflicto del Sahara por parte de Argelia se inscribe en contextos históricos, ideológicos y geopolíticos entrelazados, y que no se trata, como lo revela el nerviosismo argelino cada vez más agudo, de un apoyo de principio al frente polisario, sino de un apoyo diplomático, financiero y militar incondicional como si el Sahara fuera una causa de vida o muerte para Argelia. Decenas de informes serios de tiño tanks o de instituciones oficiales, destacan que Argelia utiliza el conflicto del Sáhara como pretexto para justificar su antagonismo hacia Marruecos. Por lo tanto, se puede decir que este conflicto artificial sobre el
Sáhara marroquí ha sido una verdadera guerra de narrativas en la que Marruecos logró finalmente una victoria aplastante.
Considera que la diplomacia marroquí ha sabido adaptarse a los nuevos desafíos geopolíticos con relación al Sáhara? Qué papel han jugado las visitas reales, los
acuerdos bilaterales y las alianzas estratégicas?
El creciente reconocimiento en los últimos años de la integridad territorial de Marruecos respecto al Sáhara, es el reflejo de una Visión Real iluminada y de una diplomacia a la vez eficaz y resuelta. Hoy en día, más de 100 Estados miembros de las Naciones Unidas, de un total de 193, reconocen la legitimidad de la posición marroquí en el conflicto del Sáhara. Este apoyo innegable es fruto del ingenio de la política diplomática marroquí, que, a través de un diálogo abierto y constructivo, ha sabido promover una visión de solución pacífica y viable para la región. El plan de autonomía propuesto por Marruecos para las provincias del sur no se limita a una simple reivindicación territorial, representa un compromiso sincero con las poblaciones locales y está perfectamente en consonancia con los principios fundamentales de estabilidad, paz y desarrollo valorados por la comunidad internacional. Cuando SM el Rey Mohamed VI ha colocado la cuestión del Sáhara en el centro de la política exterior marroquí, ha convertido esta causa en una palanca estratégica en las relaciones internacionales, especialmente en África y América Latina, Bajo su dirección, Marruecos ha multiplicado las visitas y reuniones diplomáticas, consolidando el apoyo de una multitud de países, de los
cuales algunos han abierto consulados en las provincias del sur, reconociendo así la plena soberanía marroquí en el Sáhara. Las visitas de Su Majestad a países de África y América Latina han permitido efectivamente además de fortalecer las asociaciones económicas y políticas, abrir nuevas perspectivas en favor de la posición de Marruecos respecto a sus provincias del sur.
Qué papel deben desempeñar los marroquíes residentes en el extranjero, los medios de comunicación y la sociedad civil en la defensa de la causa nacional?
Los marroquíes que residen en el extranjero (MRE) ya están desempeñando un papel clave en la defensa de la causa del Sáhara marroquí en varios niveles, y muy especialmente en el marco de la diplomacia paralela y movilización internacional, donde participan activamente en la sensibilizando a las opiniones públicas y a los actores internacionales sobre la marroquíidad del Sahara, contribuyendo así a reforzar el reconocimiento internacional de la soberanía marroquí sobre esta región, cabe destacar aquí que SM El rey Mohammed VI había lanzado una reestructuración institucional para integrar mejor los MRE en la defensa de la
causa nacional, otorgándoles un papel estratégico en la política pública relativa a la diáspora marroquí.