Política

El embajador marroquí ante la ONU refuta ante el Consejo de Seguridad las alegaciones de Argelia sobre el Sáhara marroquí

El embajador y representante permanente de Marruecos ante las Naciones Unidas, Omar Hilale, dirigió ayer lunes una carta oficial al presidente y a los miembros del Consejo de Seguridad en la que desmiente categóricamente las declaraciones del embajador argelino durante una reciente sesión informativa dedicada a los desafíos del desplazamiento forzado en el mundo.

En su carta, el diplomático marroquí expresó la profunda consternación del Reino por las declaraciones «tendenciosas y falaces» del representante permanente de Argelia, Ammar Benjamâa, quien aprovechó la presencia del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, para distorsionar la realidad de la situación en los campamentos de Tinduf, en territorio argelino.

Hilale subrayó que, contrariamente a lo afirmado por Argelia, los residentes de los campamentos de Tinduf no son personas desplazadas forzosamente, sino población retenida contra su voluntad durante más de medio siglo. Añadió que Argelia priva a estos individuos de derechos fundamentales, incluyendo el retorno voluntario a Marruecos, la integración local o la reubicación en un tercer país, tal como establece el ACNUR.

El embajador denunció asimismo la delegación de responsabilidades de Argelia a favor del grupo separatista armado «polisario», en violación del derecho internacional y de sus obligaciones como país anfitrión. Recordó que el Comité de Derechos Humanos ya había condenado esta situación en su informe de 2018 (CCPR/C/DZA/CO/4, párrafo 9).

En respuesta a las insinuaciones sobre una supuesta “ocupación” del Sáhara por parte de Marruecos, Hilale reafirmó que dicho territorio fue reintegrado legalmente al Reino mediante los Acuerdos de Madrid de 1975, reconocidos por la Asamblea General de la ONU en su resolución 34/58B.

El diplomático destacó que el Consejo de Seguridad trata esta cuestión bajo el Capítulo VI de la Carta de la ONU, en un marco de solución pacífica a un conflicto regional fomentado por Argelia y que amenaza la estabilidad del Magreb y de toda África.

Además, lamentó la falta de cooperación de Argelia con las agencias humanitarias y el ACNUR, señalando su negativa a permitir el censo de la población de Tinduf desde hace más de cinco décadas, a pesar de las múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad desde 2011. Esta opacidad —añadió— favorece la malversación de ayuda humanitaria, como confirman informes de la OLAF, del ACNUR, del Programa Mundial de Alimentos y de diversas ONG internacionales.

En su mensaje, Hilale calificó de maniobra distractora el llamado argelino a una “solución duradera”, señalando que dicha solución solo puede concretarse mediante el respeto a las resoluciones del Consejo de Seguridad y la reanudación del proceso político basado en las mesas redondas, bloqueadas por Argelia desde el nombramiento de Staffan de Mistura como enviado especial en 2021.

Asimismo, reafirmó que la única base viable para una solución definitiva es la iniciativa marroquí de autonomía, reconocida desde hace 18 años por el Consejo de Seguridad como seria y creíble, y que cuenta con el respaldo de más de 100 Estados, incluidos miembros permanentes del Consejo de Seguridad y numerosos países europeos.

Hilale concluyó su intervención recordando que las resoluciones adoptadas por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad desde 2002 ya no hacen referencia alguna a un referéndum, opción descartada por la comunidad internacional. La carta fue registrada como documento oficial de la ONU.

Cabe destacar que el Alto Comisionado Grandi evitó cualquier mención a las acusaciones del embajador argelino durante la sesión, ignorando por completo sus alegaciones.

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