Bourita llama a una profunda reforma de la Asociación Euromediterránea para convertirla en un espacio de resultados concretos
El ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, llamó, el jueves en Rabat, a una profunda reforma de la Asociación Euromediterránea, con el fin de convertirla en un espacio de resultados concretos.
En su intervención en la apertura del retiro de alto nivel sobre «El futuro de las relaciones euromediterráneas», organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Bourita hizo un balance sincero de la Unión por el Mediterráneo (UpM) del proceso euromediterráneo y abogó por una hoja de ruta ambiciosa y concreta para su relanzamiento.
«Mucho más que un mar o una frontera, el Mediterráneo es un ecosistema y un bien común que debe unirnos», afirmó. «Cuando tratamos el Mediterráneo como un expediente, se nos escapa; cuando lo tratamos como un bien común, nos une», afirmó el ministro al respecto.
Al explicar la iniciativa del Reino de presentarse como «anfitrión legítimo y evidente» para acoger esta reflexión estratégica, Bourita destacó la «fiabilidad, la experiencia y el método» de Marruecos, resaltando su papel pionero, que ha permanecido en el centro de la Asociación Euromediterránea durante tres décadas.
Marruecos, recordó, fue el primer país en encarnar el Estatuto Avanzado, en crear un Subcomité de Derechos Humanos, en beneficiarse de una Asociación para la Movilidad y en asumir compromisos medioambientales.
En el plano operativo, el Reino siempre ha sido precursor a la hora de traducir los compromisos políticos en acciones sobre el terreno, a través de cooperaciones concretas con España, Francia y Alemania, entre otros, señaló el ministro.
Bourita también insistió en la visión de Marruecos, que consiste en «dejar de tratar al Sur como el contorno de un programa, sino como la segunda mitad de un espacio que hay que construir juntos».
Recordando que Su Majestad el Rey ha basado la política exterior de Marruecos en dos principios -la claridad y la ambición- Bourita realizó un diagnóstico clínico del proceso euromediterráneo.
A este respecto, mencionó «una indecisión ontológica» sobre la identidad del proceso, que demuestra que aún queda mucho por hacer para desarrollar una «visión común clara» sobre los objetivos concretos de la asociación y sus aplicaciones operativas. El ministro también señaló «una asimetría de motivación» entre los socios euromediterráneos, lo que refleja unas expectativas desfasadas entre el norte, que privilegia la estabilidad y la seguridad, y el sur, que aspira al desarrollo y la movilidad.
Bourita destacó «una fragmentación geopolítica» en un espacio atravesado por tensiones, en el que Euromed ha perdido su centralidad en un contexto de proliferación de iniciativas. También constató «una incapacidad para gestionar las crisis», en particular las sanitarias, energéticas y alimentarias, así como «un déficit de visibilidad social», dado que el proyecto se percibe como elitista y no llega lo suficiente a los ciudadanos.
En este contexto, abogó por una asociación mutuamente beneficiosa, exponiendo la visión de Marruecos al respecto, estructurada en torno a cuatro pilares concretos, a saber «garantizar el conjunto de los suministros estratégicos», en particular en los ámbitos de la energía y la seguridad alimentaria, «conectar las economías», optimizando la Euromed como plataforma de coproducción y creando corredores estratégicos que unan el Mediterráneo, África y el Atlántico.
También llamó a «movilizar los talentos», a través de la transformación de la migración en una oportunidad mediante una movilidad inteligente y mecanismos sostenibles de formación y reconocimiento de cualificaciones, así como a «refundar el diálogo político», estableciendo un diálogo franco para superar los bloqueos, a través de un «Foro Político Mediterráneo» que utilice la UpM como marco político.
Para poner en práctica esta visión, Bourita propuso un mecanismo innovador de «coaliciones voluntarias», compuestas al menos por un país del norte y un país del sur, que actúen de manera ágil y concreta en proyectos específicos, sin verse bloqueadas por los no participantes.
La financiación se garantizaría mediante la creación de un Fondo Euromediterráneo de Cohesión, basado en un mecanismo híbrido de garantías, precisó, antes de añadir que deberían establecerse mecanismos de responsabilidad y rendición de cuentas ante los ciudadanos, con el fin de recuperar la legitimidad social.
Organizado bajo el lema de la transformación del espacio euromediterráneo en una verdadera asociación geopolítica, este retiro de alto nivel reúne a responsables, operadores económicos y académicos para mantener un diálogo franco con el fin de anticipar los retos futuros y responder a las expectativas de los pueblos.