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Marruecos escribe una página dorada: campeón del mundo Sub-20 tras vencer a Argentina

El fútbol marroquí vive uno de los momentos más gloriosos de su historia. La selección Sub-20 de Marruecos se consagró campeona del mundo en Santiago de Chile tras derrotar con autoridad a Argentina por 2-0, en una final que quedará grabada en la memoria colectiva del país y del continente africano.

Con este triunfo, Marruecos se convierte en el segundo país africano —después de Ghana en 2009— en conquistar el Mundial de esta categoría, confirmando que el crecimiento del fútbol marroquí ya no es una promesa, sino una realidad palpable.

Zabiri, el héroe de una generación

La gran figura del partido fue Yassir Zabiri, delantero del Famalicão portugués, autor de los dos goles de la final. A los 12 minutos, abrió el marcador con un espectacular lanzamiento de falta, y a los 29 sentenció el encuentro tras culminar una brillante jugada colectiva iniciada por Othmane Maamma.

Zabiri, de apenas 20 años, fue uno de los nombres propios del torneo. Con su potencia, velocidad y olfato goleador, lideró a los “Leones del Atlas” durante todo el campeonato, siendo decisivo también en los duelos ante España y Brasil.
Su entrenador, Mohamed Ouahbi, reveló tras el partido que el jugador tuvo que luchar incluso contra la negativa de su club para unirse al equipo: “Me prometió que volvería campeón del mundo, y lo cumplió”, declaró emocionado.

Una victoria que confirma el proyecto marroquí

Más allá del título, esta gesta confirma la consistencia del proyecto futbolístico de Marruecos, que en los últimos años ha logrado resultados históricos: semifinales del Mundial de Qatar 2022 con la selección absoluta, medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París 2024 con la Sub-23, y ahora el título mundial Sub-20.

La final ante Argentina fue un ejemplo de orden táctico y madurez. Marruecos impuso su estilo: defensa sólida, presión inteligente y transiciones rápidas que desarmaron a un rival acostumbrado al protagonismo. Argentina, seis veces campeona del mundo en esta categoría, nunca encontró la forma de frenar el vértigo marroquí, especialmente por la banda derecha, donde Maamma fue un constante dolor de cabeza para la defensa albiceleste.

Un mensaje al mundo antes del Mundial 2030

El triunfo en Chile tiene un valor simbólico adicional: Marruecos será coanfitrión del Mundial 2030 junto a España y Portugal. Este título juvenil refuerza el mensaje de un país que se consolida como potencia futbolística emergente y que combina talento, disciplina y una visión a largo plazo.

Para el pueblo marroquí, esta victoria va más allá del deporte. Es un orgullo nacional, una confirmación de que la cantera del Reino tiene la calidad y la ambición necesarias para competir con los grandes.
Como escribió un diario chileno: “Marruecos no solo ganó una copa; conquistó el respeto del mundo.”

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