La dimisión de Noelia Núñez reactiva el debate sobre los currículums inflados en la política española
La renuncia de la joven diputada del PP, tras reconocer que no completó los estudios que figuraban en su ficha oficial, reaviva un escándalo recurrente: muchos políticos, especialmente del PSOE, mantienen falsedades curriculares sin asumir consecuencias. ¿Por qué la dimisión de Núñez rompe el silencio institucional?
La renuncia de Noelia Núñez el 23 de julio de 2025 ha sacudido el panorama político español. La diputada del Partido Popular admitió no haber finalizado ninguno de los estudios universitarios que figuraban en su perfil del Congreso, pese a que aparecían como títulos oficiales en Derecho, Ciencias Jurídicas o Filología Inglesa.
Su gesto generó sorpresa y elogios dentro del partido. “La mejor manera de pedir perdón es dimitiendo”, declaró en su carta de renuncia.
Sin embargo, el caso no fue un hecho aislado. Desde el PP se aludió a la existencia de numerosos cargos del PSOE con trayectorias académicas cuestionables. Destacan el presidente Pedro Sánchez —cuya tesis doctoral sigue siendo objeto de sospechas por plagio—, así como otros dirigentes como la delegada Pilar Bernabé, que apareció en la web del PSOE como “licenciada” en titulaciones que no completó; o el ministro Óscar Puente, acusado de presentar un curso no oficial como máster. El historial incluye también a Cristina Narbona, Patxi López o José Blanco, que se autopresentaron como doctores, ingenieros o abogados sin haber terminado sus carreras.
La dimisión de Núñez ha sido juzgada como un gesto poco frecuente de coherencia política, en contraste con la práctica habitual de no asumir responsabilidades por inflar el currículum. La excepción notable fue el caso de Carmen Montón, en 2018, cuya renuncia tras plagios en su máster no derivó en sanciones similares para otros dirigentes.
“La mejor manera de pedir perdón es dimitiendo”, declaró la exdiputada, en un gesto poco habitual en la política nacional. Su decisión fue valorada positivamente por la dirección del Partido Popular, que la presentó como un ejemplo de responsabilidad y coherencia. Sin embargo, la salida de Núñez no solo ha generado simpatía en ciertos sectores, sino que también ha servido de espejo para señalar con el dedo a otros dirigentes —especialmente del PSOE— cuyos historiales académicos presentan sombras similares o incluso mayores.
Las redes sociales sirvieron de altavoz para el clamor ciudadano. Mientras algunos valoraron su responsabilidad, otros etiquetaron su gesto como oportunista, criticando que en la mayoría de casos no haya sanciones equivalentes. El secretario del PP, Alberto Núñez Feijóo, enfatizó el contraste: “Ni Noelia es como ellos, ni yo soy como Sánchez”. En tanto, la vicepresidenta Yolanda Díaz defendió que el foco en títulos académicos puede esconder una visión elitista de la política, y Alberto Garzón recordó que muchos líderes sociales históricos no tenían formación superior.
Lo relevante, concluyen analistas y editoriales como “Mentir no es una anécdota” (El País, 24 julio 2025), “[…] no importa si un político terminó carrera, sino si ha mentido conscientemente”. El verdadero desafío será institucional: establecer mecanismos fiables de verificación curricular antes del nombramiento de altos cargos.