Cultura

Maryam Touzani: una nueva mirada en el cine marroquí

“Le Bleu du Caftan” y la nueva sensibilidad cinematográfica de Marruecos

En el mapa actual del cine marroquí, el nombre de Maryam Touzani ocupa un lugar ya no prometedor, sino como símbolo de un presente sólido. A través de un cine de lo más silencioso pero con un gran cuidado por la resonancia emocional, su debut con Adam (2019), ya posicionó a la directora como constructora de una narrativa centrada en el cuerpo, la ternura, el deseo y lo íntimo. Con Le Bleu du Caftan, Touzani da un paso más, convirtiendo el gesto más cotidiano en acto de rebelión y belleza. 

Ambientada en la ciudad de Salé, la película gira en torno a Halim, un artesano que confecciona caftanes tradicionales con dedicación plena y devota. Pese a su gran pasión, su esposa, Mina, padece una enfermedad terminal y comparte con él no solo un negocio, sino una vida repleta de silencios, rutinas y lealtades dolorosas. Junto a ello, la llegada de Youssef, un joven aprendiz, despierta una tensión emocional entre el matrimonio. 

La directora no pone frente a la cámara un conflicto explícito, sino un conjunto de presencias a través de la ética, observando y mostrando a todos los personajes desde la compasión, sin juzgarlos.  A través de lo más mínimo, como una mano que no se atreve a rozar a otra o una tela acariciada con pudor y mimo, Touzani es capaz de abordar la represión y la incomprensión, haciendo que el espectador se sumerja por completo en esos gestos imposibles. 

Dicho esto, este enfoque representa una renovación en la forma de hacer cine en Marruecos, una nueva mirada. Frente a narrativas tradicionales más directas o sociológicas, Touzani apuesta por el poder de lo implícito haciendo que su cine se vuelva un lenguaje universal, inscribiéndose en la tradición del cine sensorial que ya marcaron autores como Claire Denis y Nuri Bilge Ceylan, pero con una voz peculiar. 

Le Bleu du Caftan es también un homenaje al arte del oficio, al saber manual, a la artesanía y al tiempo largo de la creación y el amor por la misma. Como Halim, Touzani borda y cose plano a plano una historia de amor y despedida, realzando la fuerza del deseo pero sin caer en el sentimentalismo. Su película aborda lo invisible, mostrando siempre entre fotogramas aquello que no se dice pero pesa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *