Sociedad

Terror, abuso y silencio: la otra cara del «Polisario» denunciada en la ONU

Por Pedro Altamirano, escritor y presidente de la Fundación Altamirano

Ginebra – 23 de junio de 2025. En el marco del 59º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la sociedad civil internacional ha vuelto a poner el foco sobre una de las crisis más silenciadas del continente africano: la violencia sistemática contra mujeres y niños en los campamentos de Tinduf, situados en suelo argelino y bajo el control del grupo armado del Polisario.

En un evento paralelo celebrado en la sede de Naciones Unidas en Ginebra, representantes de ONG, activistas y expertos de varios países —entre ellos España, Italia y Marruecos— han denunciado las graves violaciones de derechos humanos cometidas en estos campamentos, donde no rige ninguna soberanía estatal y donde las víctimas quedan atrapadas en un limbo legal y humanitario.

Violencia, abusos y dominación ideológica

La sesión fue moderada por Abdelouahab Gain, presidente de la ONG Africa Watch, y contó con intervenciones clave como la de Sara Baresi, directora de OIDUR, quien subrayó el uso de los matrimonios forzados como herramienta de control ideológico en Tinduf. Según Baresi, niñas y adolescentes son sometidas a un sistema patriarcal extremo con el objetivo de moldear generaciones enteras bajo la propaganda del Polisario.

La activista saharaui Shaibata Mrabih Rabou compartió el desgarrador caso de Ennouha, una menor a la que se impidió salir de los campamentos para visitar a su madre enferma en Francia. “Se trata de una estrategia de separación familiar con fines de control político”, denunció.

Una infancia robada

En mi intervención como presidente de la Fundación Altamirano, quise destacar el carácter traumático y estructural de los abusos. Denuncié cómo los niños en Tinduf son usados como escudos humanos, sometidos a esclavitud sexual, adoctrinamiento y violencia física. Estas prácticas no son incidentes aislados: forman parte de una maquinaria de represión cuidadosamente sostenida por la dirección del Polisario, amparada en la opacidad y la ausencia de vigilancia internacional.

La experta en psicología infantil, señora Casasampere, reforzó esta visión alertando sobre las consecuencias psicológicas irreversibles para generaciones enteras privadas de educación, salud y libertad. Contrastó esta situación con los avances realizados en Marruecos, incluyendo en sus regiones del sur, donde el acceso a los derechos fundamentales ha mejorado de forma palpable.

Un llamamiento urgente a la comunidad internacional

El evento finalizó con un llamamiento conjunto a las Naciones Unidas y a los Estados miembros para que asuman su responsabilidad frente a esta crisis silenciada. Se exigió el fin de la impunidad en los campamentos de Tinduf, el apoyo activo a las ONG saharauis independientes y el reconocimiento de los esfuerzos del Reino de Marruecos en materia de desarrollo humano y derechos fundamentales.

En Ginebra quedó claro que los derechos de las mujeres y de los niños no pueden ser utilizados como herramientas de manipulación política. Protegerlos exige compromiso, acción y una firme condena a quienes se aprovechan de su vulnerabilidad para imponer proyectos separatistas a costa de su dignidad y su futuro.

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