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France Colle: “Marruecos es hoy un modelo de modernidad y seguridad”

En un contexto internacional marcado por la inestabilidad, la escritora francesa France Colle publica Marruecos del Rey Mohammed VI, un libro tanto íntimo como comprometido. Este poderoso testimonio recorre su historia personal con el Reino, su admiración por las grandes transformaciones del país y su profunda gratitud hacia Su Majestad el Rey Mohammed VI – Que Dios lo asista. En esta entrevista exclusiva con El Periódico Marroquí, habla sobre los motivos de su obra, su vínculo con la medina de Rabat y su mirada lúcida sobre los contrastes entre Francia y Marruecos. Una voz rara, vibrante y profundamente humana.


1. Señora Colle, acaba de publicar un libro profundamente personal sobre Marruecos. ¿Cuál fue el detonante que la impulsó a escribirlo?

Lo que me impulsó a escribir este libro es, ante todo, mi amor infinito por Marruecos y mi eterno agradecimiento a este país magnífico, cargado de historia y emoción, que me ha dado todo y a quien le debo tanto. Marruecos es mi historia de amor más hermosa. Marruecos es mi esencial. Lo que también me impulsó a escribir este libro fue mi admiración por los 25 años de reinado de Su Majestad el Rey Mohammed VI – Que Dios le asista – En 25 años de reinado, el Rey Mohammed VI ha convertido a Marruecos en una verdadera potencia que hoy es imprescindible en el tablero internacional. Marruecos está en pleno auge en todos los ámbitos, incluso supera a algunos países de Europa en numerosos sectores. En Marruecos, el progreso de las infraestructuras es asombroso y alcanza cumbres, y esto en todos los campos: las vías carreteras, ferroviarias y aeroportuarias, las energías limpias, el deporte, la cultura y lo cultural, el turismo, en materia médica y quirúrgica, en el ámbito del equipamiento militar y la Defensa, etc…

2. Usted describe en su libro un apego muy fuerte a la medina de Rabat. ¿Qué la hace tan especial a sus ojos? ¿Es ella el símbolo de algo más profundo en su relación con Marruecos?

Sí, tengo un apego profundo por la medina de Rabat. La medina es mi casa. No tengo familia y allí encontré una familia. Cuando atravieso la puerta de la medina de Rabat, estoy protegida y amada. La medina es mi refugio, mi lugar de paz. Lo que la hace tan especial a mis ojos es que mis amigas marroquíes que viven en la medina me salvaron de una situación difícil. Hace varios años, perdí a mis padres. Pero mi papá, a quien adoraba y que era mi héroe, se suicidó por ahorcamiento. Viví el horror en estado puro y creí que no sobreviviría a ese drama. Me encontré sola en el mundo, sin familia, y mis amigas marroquíes me acogieron en sus casas, en esa medina. Me consolaron, me calentaron el corazón, me ayudaron a superar esta prueba y algunas dormían conmigo para no dejarme sola por la noche. Me enseñaron que a pesar de ese drama, tenía mi propio camino de vida y me ayudaron a construir ese camino. Me amaron y nunca soltaron mi mano. Y luego, con los años, me enseñaron muchas otras cosas como la tolerancia y la humildad. También me enseñaron el Islam. Me enseñaron que el Islam es un modo de vida, un modo de vida donde predomina el bien y donde el respeto por el ser humano y toda otra forma de vida es esencial. La medina de Rabat la llevo dentro de mí. Me calma y me tranquiliza y conoce todo de mí. Me transporta y me lleva con ella. Y es siempre con gran emoción que tomo sus callejones estrechos y coloridos para adentrarme en pequeños pasajes secretos donde, lejos del ruido de la ciudad, se puede escuchar la llamada a la oración difundida por los altavoces de la mezquita, y allí, frente a mí misma, puedo dejar ir mi corazón y rezar.

3. Usted habla de un Marruecos en plena transformación. ¿Cuáles son, según usted, los logros más impresionantes del Reino en los últimos años?

Uno de los logros más impresionantes concierne a las energías renovables con realizaciones en solar y eólico. Citaré aquí la planta solar de Laayoune, una estación solar gigante que es una de las mayores estructuras mundiales. Posee una capacidad de producción eléctrica igual a 190 gigavatios, energía limpia del Reino, absolutamente neutra en carbono y por tanto totalmente respetuosa con el medio ambiente. También citaré el Gran Teatro de Rabat, proyecto apoyado y alentado por el Rey Mohammed VI en persona. Esta construcción excepcional se inscribió en la política de equipamiento en infraestructuras culturales del Reino. Esta construcción en forma de ola es única. Con una superficie de 27,000 metros cuadrados y por su situación geográfica al borde de la cornisa, combinando así historia y modernidad, este teatro comprende 1900 asientos así como un anfiteatro al aire libre. Con gusto y orgullo cito aquí un monumento arquitectónico gigantesco que se eleva del suelo como un diamante brillante instalado en un podio, visible a 50 kilómetros a la redonda, y cuya estética depurada y la proeza tecnológica nos dejan sin palabras: ¡la torre Mohammed VI! Alcanzando una altura de 250 metros, esta torre de una superficie total de 102,800 metros cuadrados comprende 55 pisos que alojan un hotel de lujo, apartamentos de alto standing y oficinas. En la cima, hay una terraza de observación, todo ello servido por cuarenta ascensores. También citamos Tanger Med, complejo industrial-portuario situado en Tánger. Puede alcanzar nueve millones de contenedores, siete millones de pasajeros, setecientos mil camiones TIR y la exportación de un millón de vehículos. Se trata de un enorme puerto industrial imprescindible para el comercio mundial.

4. Usted afirma que Marruecos ya supera a Francia en algunos ámbitos. ¿Puede citarnos ejemplos concretos? ¿Y cómo explica esta dinámica positiva marroquí, según usted?

Sí, Marruecos supera a Francia en varios ámbitos, y citaré aquí el ámbito de la seguridad. En Francia, es habitual ver a los policías retroceder ante las hordas de los barrios sensibles y huir en coche cuando son agredidos. Eso no ocurre en Marruecos. Los policías marroquíes no retroceden. Actúan y dominan la situación. No huyen. Y como he escrito en mi libro, la policía marroquí es un modelo mundial. Marruecos es el país más seguro que existe. La Policía Marroquí, cuyos servicios superan la excelencia, posee medios fuera de norma para garantizar la seguridad del país y hay que reconocer que está clasificada número uno en la lucha antiterrorista. También quiero precisar que los servicios de inteligencia marroquíes se han destacado como los mejores servicios de inteligencia en el mundo. No pasa un año sin que autoridades extranjeras reconozcan la colaboración de los servicios marroquíes para el desmantelamiento de células terroristas en el extranjero.
En 2015, fue la Policía Marroquí la que salvó a Francia de las manos de un terrorista. Los atentados terroristas del 13 de noviembre de 2015 perpetrados en París y su periferia fueron trágicos, y como siempre que hay un atentado, vivimos el horror en estado puro. Los policías franceses no lograban localizar a Abdelhamid Abaaoud, organizador de los atentados, y había que localizarlo muy rápido. Fueron los servicios de inteligencia marroquíes quienes transmitieron a sus homólogos franceses la localización de Abdelhamid Abaaoud en Saint-Denis, proporcionándoles toda la información necesaria. En el Reino, la vigilancia en materia de terrorismo está al máximo nivel todo el tiempo, sin descanso. Las fuerzas armadas reales y los servicios de seguridad marroquíes multiplican sus esfuerzos para controlar todo lo que sucede y nada queda al azar.
El cuerpo de élite de la policía marroquí, equipado con un dispositivo excepcional, no deja nada al azar. Las fuerzas especiales del Reino luchan con un profesionalismo y eficacia raros contra el bandolerismo, el terrorismo, el tráfico de drogas, el tráfico humano, la ciberdelincuencia, los ataques químicos, etc. El más alto nivel de vigilancia se mantiene siempre en el Reino, en todo momento. Nunca hay bajada de vigilancia en el Reino. Marruecos ha implementado una estrategia multidimensional y los servicios de seguridad disponen de verdaderos medios jurídicos y de todo un arsenal para enfrentar todas las situaciones. Los servicios policiales marroquíes son tan eficaces y experimentados que el 21 de abril de 2024, el Ministro del Interior francés, que era el Sr. DARMANIN, vino a Rabat para solicitar a las autoridades la valiosa ayuda de la policía marroquí para garantizar la seguridad de Francia durante los Juegos Olímpicos. Así, en julio de 2024, fue la policía marroquí y sus artificieros quienes vinieron a Francia para garantizar la seguridad.
La policía marroquí realiza un trabajo inconmensurable para asegurar una seguridad óptima así como la estabilidad del país. El Reino acaba de ser elegido vicepresidente de Interpol para África, y hay que reconocer que el señor Abdellatif HAMMOUCHI, director general de la Dirección General de Seguridad Nacional y director general de vigilancia del territorio, goza de un reconocimiento internacional por sus competencias inigualables.
Es el líder emblemático e incomparable en materia de seguridad nacional e internacional. Marca la historia de la seguridad en Marruecos y en el extranjero. Es el estratega de la seguridad mundial.

5. El rey Mohammed VI está en el centro de su relato. ¿Cuál es su percepción personal del Soberano y de su papel en la transformación de Marruecos?

Su Majestad el Rey Mohammed VI – Que Dios le asista – es un rey irreprochable que ha conducido a su país por el camino de la transformación y el éxito, y hay que reconocer que ha hecho un recorrido impecable. Ha emprendido reformas esenciales para su pueblo, tales como la reforma social, la reforma del Código de Familia. Ha puesto el énfasis en la lucha contra el analfabetismo y la escolarización ha sido obligatoria para las niñas. La pobreza tiende poco a poco a desaparecer para dar lugar a una clase media cada vez más numerosa. El Rey Mohammed VI es un jefe de Estado que tiene una visión iluminada de su país. Está orientado hacia el futuro. Su reinado está marcado por decisiones y actos que hacen progresar y evolucionar al país cada día más, y esto en todos los ámbitos. Ha sabido tomar medidas que han cambiado el curso de las cosas y que han mejorado claramente la vida de su pueblo. El Soberano es también un hombre de paz que favorece el diálogo entre los pueblos. Es un gran rey, un rey que garantiza a su pueblo y a su país más modernidad, más garantías sociales, más paz y más justicia. El Rey Mohammed VI lleva una política de alto rendimiento y alta exigencia. Los marroquíes están muy apegados a su rey. El Rey de Marruecos es un gran rey. Le deseo larga vida y muchos años de reinado.


6. El desarrollo de Marruecos parece inscribirse en una visión a largo plazo. Como observadora externa, ¿cómo ve Marruecos dentro de diez o veinte años?

Por supuesto que el desarrollo de Marruecos se inscribe en una visión a largo plazo, y es un país que va a continuar su evolución con alto rendimiento y alta exigencia, porque esa es la línea de conducta del Reino: avanzar, progresar, alcanzar la excelencia para dar lo mejor al país y al pueblo marroquí. Por ejemplo, sepan que se acaba de inaugurar en Casablanca un centro de investigación dedicado a la Inteligencia Artificial. En materia de Defensa, Marruecos está renovando su flota militar para adquirir aviones de última generación. Y todo seguirá por ese camino. Todo.


7. Usted menciona en el libro una Francia en pérdida de referencias, y un Marruecos que conserva sus valores. ¿Es eso lo que también la atrae hacia este país? ¿Un cierto equilibrio entre modernidad e identidad?

Sí, en Marruecos, la modernidad y la tradición constituyen un matrimonio exitoso. Hay reglas de buena educación y benevolencia en Marruecos. Además, el Pueblo Marroquí es un pueblo creyente, un pueblo con valores, un pueblo portador de una inmensa inteligencia, un pueblo para quien la familia y la amistad significan algo. Vivir en Marruecos es vivir en un país donde la modernidad no hace olvidar que también hay tradiciones, es vivir en un país donde se respeta a los padres, es vivir en un país donde la amistad significa algo grande y hermoso, es vivir en un país que nos anima cada día a dar lo mejor de nosotros mismos.

Los marroquíes son creyentes y solidarios. Son trabajadores y valientes. Son esforzados y se imponen respeto. Los marroquíes tienen una forma de vivir y una manera de actuar impregnadas de elegancia y dignidad. Los valores morales se respetan en Marruecos, ¡mientras que en Francia es todo lo contrario! En Francia, ¡todas las valores morales están invertidos! La justicia es pisoteada, la criminalidad ha alcanzado su nivel más alto, la desesperanza ha reemplazado el entusiasmo, la pereza ha tomado el lugar del esfuerzo, el sentido de la familia ha desaparecido, las drogas y el alcohol han sustituido a la Fe, nuestros jubilados duermen en sus coches porque ya no pueden pagar el alquiler.

En las calles de las ciudades, vemos cada vez más gente rebuscando en la basura en busca de un pedazo de pan. El número de desempleados es colosal, el país está sobreendeudado, los profesores son agredidos, el cuerpo médico está agotado y los agricultores ya no tienen con qué vivir. En Francia, la mediocridad ha reemplazado a la inteligencia. Ya no se encuentran médicos, las urgencias hacen esperar a los enfermos durante más de 5 horas seguidas en los pasillos, hay escasez de medicamentos, niños son violados y asesinados todos los días bajo el yugo de perversos pedófilos, y la prensa nacional caricaturesca no duda en llegar hasta la desacralización mofándose de los profetas. Es catastrófico y Francia está en declive. Es un país que se derrumba, un país que se desmorona.


8. Usted vivió en Rabat en 2017-2018. ¿Cómo transformó esa experiencia su mirada sobre Marruecos, más allá de los clichés que a menudo se transmiten en Europa?

Sí, tuve la inmensa suerte de vivir en Rabat en 2017 y 2018. Y fue allí donde realmente comprendí que Marruecos es mucho más y mucho mejor que un sueño. Viviendo día a día en Marruecos, estaba en inmersión total con el pueblo marroquí. Estaba todos los días en contacto directo con la población, los comerciantes, las administraciones, los médicos, las farmacias, los supermercados, etc. Fui a todas partes con mis amigas marroquíes, tanto en las grandes ciudades como en las zonas rurales remotas y en las puertas del desierto. Y fue allí donde descubrí la riqueza interior del pueblo marroquí, su coraje y dignidad, su tacto y delicadeza.

En los pueblos alejados y en el mundo rural, por ejemplo, no existe la modernidad que hay en las grandes ciudades. Me recibieron mujeres que trabajan en los campos, mujeres que no saben qué es el Día de la Mujer ni San Valentín, pero que conocen mejor que nadie los secretos de la vida.
No aprendieron nada en los libros, pero tienen un instinto infalible que es una forma de inteligencia superior, un instinto que no las engaña. Supieron domesticar la naturaleza, el secreto de cada estación, y sobre todo, saben amar, saben compartir, saben consolar a quien sufre, y el día que tomé el camino que me llevaba hacia ellas, supe que era el camino correcto y que nunca lo abandonaría.

Viviendo en Marruecos, vi cuán portador de amor y paz es el pueblo marroquí. Vivir en Marruecos es vivir en un país donde el «vivir juntos» existe realmente. Los marroquíes son generosos, auténticos, hospitalarios. La tolerancia está en todas partes en el Reino. El compartir también es una prioridad para los marroquíes. El trabajo y el coraje son valores esenciales para los marroquíes. Vivir en Marruecos es vivir en un mundo equilibrado junto a un pueblo creyente y respetuoso, un pueblo portador del sentido de los verdaderos valores de la vida.


9. El libro no es solo un homenaje, sino también una crítica a la falta de conocimiento sobre Marruecos en Francia. Según usted, ¿qué les falta a los franceses para comprender mejor este país?

Sí, también quise, a través de este libro, mostrar qué es realmente Marruecos a los franceses de origen que no conocen el Reino y que pasan su tiempo diciendo que en Marruecos no hay nada y que es un país poco desarrollado. Esas personas son ignorantes y ya es hora de mostrarles que Marruecos es hoy una potencia imprescindible a nivel internacional. Hoy Francia pide ayuda a Marruecos, especialmente en materia de seguridad.

¿A quienes piensan que Marruecos es un país poco desarrollado no les molesta ser protegidos por la Policía Marroquí cuando hay eventos internacionales? ¿Y a todos esos franceses de origen que vienen a Marruecos para operarse o para hacerse implantes dentales, no les molesta beneficiarse de la mejor atención posible? Estoy harta de esta hipocresía occidental. Ya es hora de abrir los ojos y ver que Marruecos es el futuro. ¡La juventud marroquí es el futuro!


10. En su opinión, ¿qué puede aprender Europa —y Francia en particular— de la experiencia marroquí?

Algunos países de Europa, principalmente Francia, pueden, inspirándose en Marruecos, aprender cómo hacer progresar la economía, reducir el desempleo aplicando una política de pleno empleo, no estar en guerra con nadie y mantener una diplomacia orientada hacia la paz. Y luego, en materia de seguridad, tratar de ser tan poderosos y tan efectivos como la Policía Marroquí, ¡pero eso se va a mostrar difícil, por no decir imposible!


11. ¿Qué mensaje le gustaría transmitir a sus lectores franceses a través de su libro? ¿Es una invitación al descubrimiento, a la reflexión… o a la admiración? Su libro es mucho más que un testimonio de viaje: es un verdadero alegato por un Marruecos moderno, estable y orientado hacia el futuro. ¿Qué quiere que los lectores recuerden principalmente después de leer su obra?

Sí, mi libro es un alegato de amor por Marruecos, primero porque le debo mucho a este país, y luego porque tengo mucho respeto por el Rey Mohammed VI, que es un Jefe de Estado que ha permitido a su país alcanzar las cumbres, que ha sabido llevar a cabo una política que supera la excelencia y que ha hecho de Marruecos un modelo mundial en materia de seguridad.

Su Majestad asegura una perfecta estabilidad en su país y ha sabido demostrar a todos los países del mundo que el Sahara es marroquí… ya que todos los países del mundo están reconociendo que el Sahara es marroquí. ¡VIVA EL REY Y VIVA MARRUECOS! Éxito total y perfecto, marcado por la inteligencia y la dignidad.


12. Usted menciona en su libro una visión estratégica del Rey Mohammed VI, especialmente a través de grandes proyectos estructurantes como la Torre Mohammed VI o el puerto Tanger Med. ¿En qué medida la gobernanza real encarna una modernidad eficaz y una ambición sincera para el país?

La apertura de Tanger Med fue una apertura que permitió a los inversionistas extranjeros venir a invertir en el Reino, y la creación de la zona franca facilitó ese desarrollo. El proyecto aún naciente del túnel que permitirá conectar Marruecos con Europa, el desarrollo ferroviario con la creación del tren de alta velocidad, son ejemplos que demuestran claramente que la gobernanza real encarna una modernidad eficaz.


13. Finalmente, en un mundo inestable y a menudo dividido, usted describe Marruecos como un remanso de paz y coherencia. ¿Cree que la estabilidad del Reino descansa principalmente en la figura del Rey y su manera de unir tradición y progreso?

Vivir en Marruecos es vivir en un país estable, un país dotado de un Jefe de Estado excepcional, un Rey ante quien uno queda sin aliento. Vivir en Marruecos es vivir en un país donde el «vivir juntos» existe realmente. Es vivir en un país donde la modernidad no hace olvidar que hay tradiciones.

Marruecos tiene todo para gustar y seducir: sus paisajes de ensueño, su clima, sus ciudades modernas, sus campos, su desierto, su naturaleza salvaje y preservada, su hostelería, su acogida única en el mundo, su cocina, sus perfumes, así como la delicadeza y el tacto del pueblo marroquí.

Pero Marruecos no se puede explicar realmente. Marruecos se siente en el corazón. Y además, Marruecos no es un país que se domine, es un país que se domestica… pero hay que saber hacerlo. Marruecos es un país donde la magia está siempre en movimiento. Sin Marruecos, estaría amputada de una parte esencial de mí. Sin Marruecos, no concibo la vida.


A través de esta entrevista sincera e intensa, France Colle revela una mirada única sobre un país que considera su refugio, su horizonte, e incluso su salvación.
El Marruecos del Rey Mohammed VI no es un simple libro: es un grito de amor, un impulso de respeto y un llamado al reconocimiento.
A lo largo de las respuestas, se dibuja todo un retrato del Reino: ambicioso, seguro, soberano, profundamente humano.

France Colle encarna la voz de un Marruecos que ha alcanzado las cumbres, y donde el progreso es fenomenal.
Y en esta voz resuena un mensaje claro: Marruecos no es un sueño, es una realidad de futuro.


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