Sociedad

Abascal y el negocio del miedo: racismo, privilegios y ultraderecha

No es un incidente aislado ni un problema local: es el resultado de un modelo político nacional que ha crecido gracias al discurso incendiario y divisivo de Santiago Abascal y su partido Vox. Un modelo que fomenta el racismo, ataca lo público y protege a los grandes patrimonios a costa de la cohesión social. Lo que está en juego no es solo un problema local, sino un proyecto político que siembra miedo, confrontación y desigualdad.


Racismo institucional con sello Vox

Esto no es nuevo. En Murcia, Vox ya impuso la eliminación del programa de lengua y cultura árabe en las escuelas públicas. Un ataque directo a la comunidad marroquí, pero también un aviso para todas las minorías: «no hay lugar para vosotros en nuestra España».

Lo que ha pasado en Torre Pacheco no es un caso aislado. Es solo un ejemplo de una estrategia de odio que se repite en toda España. En comunidades como Baleares, la Comunidad Valenciana o Madrid, Vox ha utilizado su poder para bloquear la acogida de menores migrantes, rechazar planes de integración y promover el miedo como argumento político. Lo que estamos viviendo no es solo una oleada de racismo, sino la construcción deliberada de un país dividido por el origen, la lengua y el color de piel.

Desde Valencia hasta Castilla y León, Vox impone una lógica de exclusión: criminalizar al migrante, rechazar la diversidad, y borrar todo lo que no encaje en su visión ultranacionalista.


Menos derechos, más privilegios para los ricos

Mientras promueven el miedo, Vox defiende una agenda económica profundamente elitista:

  • Privatizar la sanidad pública
  • Privatizar el sistema de pensiones
  • Bajar los impuestos a los millonarios
  • Eliminar subsidios sociales esenciales

Todo bajo la excusa de la “libertad”, que en su versión solo significa libertad para los grandes empresarios, y precariedad para los demás. Vox no es el partido de “la gente”, como pretenden. Es el sirviente político de los mil millonarios.


¿Qué futuro nos proponen?

Un país fracturado, temeroso, polarizado. Donde el diferente es el enemigo, donde la solidaridad es sospechosa, y donde los servicios públicos se venden al mejor postor.

Y todo esto ocurre mientras el Gobierno intenta avanzar —con muchos límites— hacia una política migratoria más humana. La nueva reforma de la Ley de Extranjería, en vigor desde mayo de 2025, plantea la posibilidad de regularizar a decenas de miles de personas que ya viven y trabajan en España. Pero este avance se enfrenta al bloqueo constante de la derecha y la ultraderecha, que prefieren mantener a miles de personas en la precariedad antes que reconocer sus derechos. Vox no solo ataca a los migrantes: ataca la idea misma de justicia social y de derechos humanos.

Lo que pasó en Torre Pacheco debería ser una llamada de alarma: no podemos permitir que el discurso del odio se normalice. Ni que los mismos que dividen el país se presenten como sus salvadores.

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