Cultura

Marroquinidad del Sahara: del mapa de Agrippa al reconocimiento americano capítulo 3

Este es el tercer capítulo de la exploración de Sidi Mohammed Biedallah, Cónsul General del Reino de Marruecos en Bilbao. 

Sahara marroquí en El Atlas catalán de Cresques de 1375

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En un contexto de reconfiguración de los espacios políticos, marcado, en Marruecos y el norte de África, por la transición del Califato almohade al Imperio meriníe, y en Occidente, por lo que Christiane Deluz llama «la época de los Viajeros», prospera “mapas náutico-geográficos”, como la obra maestra de la escuela mallorquina, el “Atlas catalán” de los cartógrafos hebreos Abraham y Jafuda Cresques, realizado en 1375.

En lo que respecta a Marruecos, el Atlas catalán marca, en el norte, las ciudades imperiales Marrakech, Meknès y Fez, además de Ribat (Taza), y embellece, en el sur, las regiones saharianas, con símbolos iconográficos y representaciones ambivalentes, que reflejan la importancia geoestratégica que estas provincias sureñas están ganando, en relación con las nuevas rutas comerciales marítimas entre Europa, África y Asia.

En la región de Uad Draa, la cordillera del Atlas es interrumpida por un estrecho corredor utilizado por los caravaneros del comercio transahariano. Del Atlas nace, al otro lado, un singular arroyo que corre hacia Sijilmâsa.

En la costa marroquí – sahariana, frente al Río de Oro (Dajla), está dibujado un Uxer (navío), con una leyenda en mallorquín que enfatiza la “partida del Uxer de Jaime Ferrer para ir al Rio de Oro el día de San Lorenzo, 10 de agosto del año 1346”, resaltando la travesía más allá del cabo Bojador, que este viajero catalán habría realizado en 1346.

El Atlas catalán hace una representación de Abu Bakr Ibn Umar Al-Lamtuni (…, 1088)fundador del Imperio almorávide frente al Emperador Mansa Musa (1280-c. 1337) del Imperio de Malí.

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José Manuel García indica, en “Lisboa: A cidade dos Descobrimentos”, que, por orden del Rey de Portugal Duarte, Enrique el Navegante, “promovió viajes al sur de Marruecos (…), convistas a explorar tierras desconocidas situada más allá del cabo Bojador. En la década de 1420, el corsario Gonçalo Velho Cabral fue responsable de explorar el más allá del cabo Não (Nun), en el sur de Marruecos. «

En 1434, Gil Eanes cruzó por primera vez el cabo Bojador, límite del mundo navegable, ese lugar mistificado y temido –rodeado de aguas hirvientes– y dio inicio a las exploraciones náuticas y de los descubrimientos de “nuevos mundos”.
Dos años después, en 1436, Afonso Gonçalves Baldaia fue aún más lejos, y zarpó en la costa del Río de Ouro (Dakhla -Oued Eddahab), situada a 120 nudos al sur del cabo Bojador.
El historiógrafo Valentim Fernandes (1450-1519, atestiguó, en referencia al rebasamiento del cabo Bojador y del río de Oro, que “en toda esta región occidental no hay otro Rey ni Sultán salvo el Rey de Fez (de Marruecos) ” (António Baião. O Manuscrito de Valentim Fernandes).

La huella íntima en la memoria portuguesa del rebasamiento del Cabo Bojador, que se consideraba como el límite del mar navegable, es indeleblemente expresado en el célebre poema “Mar Portugués” de Fernando Pessoa:

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