Mensaje de condolencias y compasión de SM el Rey a los miembros de la familia del difunto Abdelhak Lamrini
Su Majestad el Rey Mohammed VI envió un mensaje de condolencias y compasión a los miembros de la familia del difunto Abdelhak Lamrini, historiógrafo del Reino de Marruecos y portavoz del Palacio Real.
«Hemos recibido con profunda aflicción y gran tristeza la noticia del fallecimiento de Nuestro fiel servidor, el difunto Abdelhak Lamrini, historiógrafo del Reino de Marruecos y portavoz del Palacio Real, que Dios le acoja en Su santa misericordia en estos días benditos del mes de Du Al Hiyyah y le rodee de Su inmensa magnanimidad», escribe el Soberano.
En estas dolorosas circunstancias, Su Majestad el Rey expresa su más profundo pésame y sus sinceros sentimientos de compasión a los miembros de la familia del difunto y, a través de ellos, a sus allegados, amigos, admiradores y a la comunidad académica y cultural, tras la pérdida de uno de los pilares de su familia, una de las figuras intelectuales y culturales y uno de los fieles servidores del país.
El mejor consuelo tras esta dolorosa pérdida, siendo la voluntad divina imparable, es la valiosa contribución intelectual y científica publicada por el difunto a lo largo de una dilatada trayectoria de más de seis décadas, durante las cuales ocupó altas funciones al servicio de la noble misión educativa y de documentación de la Historia moderna de Marruecos, prosigue el Soberano.
El difunto enriqueció la biblioteca nacional con varias obras y publicaciones pertinentes y singulares, que permanecerán para siempre como testimonio vivo de su eminencia intelectual, su pasión por el conocimiento, su abnegación al servicio de su patria, así como su sincero e inquebrantable apego a las constantes y sacralidades de la nación y al Glorioso Trono Alauita, subraya SM el Rey.
«Compartiendo vuestro dolor en esta dura prueba, os aseguramos de Nuestra alta benevolencia y constante solicitud», afirma el Soberano, implorando al Todopoderoso «que os conceda paciencia y consuelo, que acoja al difunto en Su santa misericordia y le recompense ampliamente por sus loables esfuerzos al servicio de Nuestra Majestad, por sus nobles cualidades humanas y sus generosas acciones, de acuerdo con la palabra divina: Aquellos tendrán como recompensa el perdón de su Señor, así como los Jardines bajo los que corren los arroyos, para permanecer allí eternamente. Qué maravillosa recompensa para aquellos que trabajan tan bien». «Somos de Dios y a Él volveremos», verdadera es la Palabra de Dios.