Cultura

Bahija Simou recibe una distinción italiana por su labor en favor del patrimonio y el diálogo cultural

La historiadora marroquí Bahija Simou, actual directora de los Archivos Reales de Marruecos, ha sido condecorada con una de las más altas distinciones otorgadas por Italia: las insignias de Comendador de la Orden del Mérito de la República Italiana. Un reconocimiento que subraya su excepcional contribución al fortalecimiento de los lazos culturales e históricos entre Marruecos e Italia.

La ceremonia tuvo lugar en Rabat, durante la celebración de la fiesta nacional italiana, y fue presidida por el embajador de Italia en Marruecos, Armando Barucco, quien impuso la condecoración en nombre del presidente de la República Italiana. Según el diplomático, esta distinción —que se concede con gran moderación, a solo diez personas por año— refleja el reconocimiento del Estado italiano a figuras que contribuyen de manera significativa al acercamiento cultural y al entendimiento mutuo.

Bahija Simou ha dedicado su carrera a la investigación histórica y a la puesta en valor del patrimonio marroquí, especialmente en el contexto mediterráneo. Reconocida por su rigurosidad académica, ha publicado numerosas obras sobre las relaciones políticas y diplomáticas entre Rabat y Roma. Más allá de sus investigaciones, participa activamente en foros académicos internacionales y es miembro del Consejo Estratégico de la Fundación Leonardo MedOr, uno de los think tanks italianos más influyentes en cuestiones mediterráneas.

Durante su discurso de agradecimiento, Simou no ocultó su emoción ante el “honor y el fuerte simbolismo” de esta distinción. Subrayó que sus trabajos no solo documentan la historia compartida entre ambos países, sino que también destacan la relevancia geopolítica de Marruecos e Italia como puentes culturales y estratégicos en el espacio euro-mediterráneo.

La historiadora también recordó que los lazos entre los dos países tienen raíces muy antiguas, que se remontan al siglo XII. Tras la unificación de Italia en el siglo XIX, Marruecos adoptó una postura de amistad hacia el nuevo Estado, y en los años posteriores a la independencia marroquí, Italia se consolidó como uno de sus principales socios europeos. No en vano, fue el primer país europeo visitado por el difunto rey Mohammed V.

Simou concluyó su intervención afirmando que esta condecoración “no es solo un reconocimiento personal, sino también un homenaje a todas las memorias compartidas que durante mucho tiempo fueron invisibilizadas”. Para ella, la historia debe ser un instrumento de inclusión, de diálogo y de recuperación de voces olvidadas.

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