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Marruecos rechaza un informe de la ONU por “sesgado” y “contrario al consenso sobre el Sáhara marroquí”

Un reciente informe del Consejo de Seguridad de la ONU ha provocado una firme reacción por parte del Reino de Marruecos, al considerar que el texto tergiversa los principios establecidos por el propio Consejo en relación al conflicto del Sáhara marroquí. Según denunció el embajador marroquí ante Naciones Unidas, Omar Hilale, el documento refleja un “carácter engañoso” y se aleja de la línea política consensuada por la comunidad internacional.

Hilale cuestionó directamente el pasaje en el que se sugiere que el territorio del Sáhara marroquí estaría dividido en solo “dos partes”, en lugar de las cuatro identificadas en resoluciones anteriores del Consejo: Marruecos, Argelia, Mauritania y el Frente Polisario. El diplomático denunció que este enfoque representa una visión “parcial y nacionalista” de un miembro no permanente del Consejo, y advirtió que este tipo de redacciones “debilitan la credibilidad” de los informes de la ONU.

En una carta oficial enviada a la presidencia del Consejo, Marruecos expresó su rotunda oposición a lo que considera una “manipulación política” de los textos de Naciones Unidas, subrayando la necesidad de preservar la objetividad en un asunto considerado clave para la estabilidad regional. La crítica de Marruecos fue respaldada por Sierra Leona —cuyo representante calificó el informe como una “falta de respeto” al Consejo— y por potencias como Francia, Reino Unido y Estados Unidos.

Apoyo internacional al plan de autonomía

Hilale también recordó que más de un centenar de países han manifestado su respaldo al Plan de Autonomía marroquí, presentado en 2007 como solución política al conflicto. Entre los últimos en sumarse se encuentra el Reino Unido, que se suma al respaldo expresado anteriormente por Washington y París. Este apoyo internacional, señala Rabat, confirma que la propuesta marroquí es considerada como “seria, creíble y realista”.

Expertos en geopolítica como Hisham Moatad afirman que el reconocimiento creciente de la soberanía marroquí sobre el Sáhara refleja una nueva dinámica internacional. Según el académico, Marruecos ha dejado de basarse únicamente en el respaldo institucional de la ONU, enfocándose en construir legitimidad a través de apoyos bilaterales y alianzas estratégicas.

Críticas a la politización del conflicto

Desde Rabat se insiste en que el documento analizado no solo contiene errores de forma y fondo, sino que también contribuye a una politización innecesaria de un conflicto que se extiende desde hace más de cinco décadas. Para las autoridades marroquíes, informes como este entorpecen los esfuerzos para alcanzar una solución negociada y duradera bajo el paraguas de Naciones Unidas.

En paralelo, tanto Marruecos como Sierra Leona han pedido que Argelia sea reconocida formalmente como parte esencial en el proceso de negociación, dada su implicación directa en el origen y desarrollo del conflicto.

Ambos países subrayan también los avances sobre el terreno, incluyendo las inversiones y proyectos de desarrollo que Marruecos está llevando a cabo en ciudades como El Aaiún y Dajla. Estas iniciativas —afirman— reflejan el “nuevo realismo político” con el que Rabat busca consolidar su visión de futuro para la región.

Una cuestión estratégica para Rabat

El Sáhara marroquí continúa siendo una prioridad absoluta en la política exterior del Reino. Con más de 20 consulados abiertos por países africanos, árabes y latinoamericanos en el territorio, Rabat considera que su soberanía está cada vez más reconocida a nivel internacional.

Aun así, la controversia generada por el último informe del Consejo de Seguridad muestra que el consenso global sobre el conflicto sigue siendo frágil, y que cualquier desviación del lenguaje diplomático pactado puede tener consecuencias significativas en el proceso político en curso.

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