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S.M. el Rey Mohammed VI: un Líder en la Historia

Su Majestad el Rey Mohammed VI es uno de los grandes Monarcas de la Historia. Soberanos visionarios que escriben la Historia. Él personifica el sentido del compromiso. Aboga por la paz en el mundo. Trabaja por la unidad de los pueblos y el diálogo de las civilizaciones. Es el ejemplo mismo del Rey humanista. Encarnando una ruptura con todos los modelos de reinado tal como los vemos hoy en un mundo cada vez más dividido. Rompe con el pasado gracias a su visión iluminada y su mirada firmemente orientada hacia el futuro. Su Majestad el Rey Mohammed VI marca su época con otra filosofía de reinado, un enfoque a la vez pragmático y racional, que ha encarnado con clarividencia desde su entronización, el 30 de julio de 1999.

Es indudable que los pueblos contribuyen a la grandeza de sus líderes, por sus especificidades, por lo que implementan como reformas, como proyectos, como obras estructurales y como una visión decididamente orientada hacia el futuro. Las grandes naciones también se distinguen por sus guías que trazan caminos de progreso y prosperidad. Es en este sentido que algunos líderes escriben la historia, mientras que otros la sufren o pasan sin dejar huella. En Marruecos, vivimos desde 1999 bajo el reinado de Su Majestad el Rey Mohammed VI, un Monarca que ha cambiado el rostro de Marruecos en apenas dos décadas, que ha posicionado al Reino como uno de los países más seguros, más competitivos y más comprometidos del mundo, para el bienestar de sus poblaciones, para su continente, África, para el mundo árabe y para la estabilidad de toda la humanidad.

Desde hace 25 años, asistimos con orgullo a esta profunda capacidad de romper con todos los aspectos retrógrados de nuestra nación, gracias a la visión iluminada de un Rey que observa el mundo en todas sus manifestaciones y ramificaciones, que prevé, anticipa y toma la iniciativa para infundir una dinámica de excelencia en todos los ámbitos de la vida marroquí, desde la política hasta la cultura, pasando por la sociedad, la economía, las finanzas y el estímulo continuo a la investigación, superando los logros para llevar al país aún más lejos y más alto.

Desde hace 25 años, todos hemos sido testigos de esta capacidad del Rey para tomar decisiones trascendentales que cambian el curso de la Historia de un país, como fue el caso, el 16 de enero de 2004, con la revisión de la Moudawana, considerada con razón como una de las reformas emblemáticas del reinado del Rey Mohammed VI. Gracias a esta reforma, se mejoró el estatus jurídico de la mujer marroquí. Esta nueva carta nacional de gran importancia incluye, en particular, la penalización del acoso sexual, la elevación de la edad mínima para el matrimonio y la modificación de los procedimientos de divorcio y repudio.

También existe esta voluntad clara de trazar directrices que convergen en una visión lógica y racional de lo que deben ser el desarrollo y el progreso. En este sentido, es necesario recordar una fecha que marca la historia reciente de Marruecos: el 15 de diciembre de 2004 se lanza la primera de las siete audiencias públicas televisadas de las víctimas de los «años de plomo». Estos programas son organizados por la Instancia de Equidad y Reconciliación (IER) establecida por Su Majestad el Rey en 2003 para arrojar luz sobre las violaciones de los derechos humanos.

También está la apertura al mundo, el deseo de tender puentes culturales con todas las demás culturas, la necesidad de dialogar, el sentido de compartir visiones, el impulso hacia la paz, sin olvidar la introspección, que logra esta apuesta infalible de alianza entre los logros del pasado y los sueños del futuro.

El Soberano no solo ha hecho el balance de una época, sino que ha logrado en poco más de dos décadas consolidar los pilares de una Nación, unida, solidaria y coherente. También en esta perspectiva, el 9 de marzo de 2011, en pleno Primavera Árabe, se lleva a cabo la primera manifestación exigiendo emprender una profunda reforma institucional. La reacción Real no se hace esperar: en su discurso del 9 de marzo, el Soberano promete la elaboración de una nueva Constitución. El 1 de julio del mismo año, se somete a referéndum, donde el «sí» se impone con el 98,5% de los votos. La nueva Constitución reequilibra, en parte, los poderes, aclara y precisa una serie de principios y, sobre todo, consagra ciertos derechos y libertades. Es percibida por la mayor parte de la clase política como una nueva etapa en el proceso de culminación de la construcción del Estado de derecho.

Un Marruecos en profundas transformaciones

Basta con mirar hoy todo lo que se ha implementado en veintitrés años. En todos los niveles, Marruecos es un inmenso proyecto que toma cada vez más forma y promete un futuro de lo más próspero. El Marruecos de los años 2024 no tiene nada que ver con el de los años 1990. Esta es la obra encarnada de un Soberano sereno que sabe hacia dónde quiere llevar a su país. Los objetivos son claros: la democracia, la modernidad, la dignidad de todos, la justicia social, la seguridad y la paz, con un punto culminante: el 18 de mayo de 2005, durante el discurso del Rey a la nación, S.M. el Rey Mohammed VI anuncia la creación de un programa que tiene como objetivo erradicar la miseria y las disparidades de desarrollo del país a través de la lucha contra la pobreza, contra la exclusión social en áreas urbanas y la lucha contra la precariedad.

También en esta lógica, el 8 de mayo de 2012, el Soberano procedió a la instalación de la Alta Instancia del Diálogo Nacional sobre la Reforma de la Justicia, compuesta por unas cuarenta personas, personalidades relacionadas con el ámbito judicial, del gobierno, de la sociedad civil y del mundo de los negocios. Entre sus miembros, se encuentran representantes del Tribunal de Cuentas, del Consejo Nacional de Derechos Humanos, del Consejo de la Competencia y del Consejo Económico y Social, activistas asociativos, grandes abogados y magistrados. Su misión es promover un diálogo amplio que permita elaborar un plan riguroso de profunda reforma de la Justicia, cuyos principales ejes fueron establecidos por S.M. el Rey en su discurso del 20 de agosto de 2009.

Todas estas reformas de fondo también han llevado a una nueva perspectiva sobre el futuro del país con una visión a largo plazo. De hecho, el 6 de febrero de 2016, el proyecto de ley sobre el Consejo de Regencia fue adoptado por la Comisión de Justicia, Legislación y Derechos Humanos del Parlamento en una sesión cerrada. El artículo 44 de la Constitución de 2011, que rige la regencia, es el siguiente: «El Rey es menor de edad hasta cumplir dieciocho años. Durante la minoría del Rey, un Consejo de Regencia ejerce los poderes y derechos constitucionales de la Corona, salvo aquellos relativos a la revisión de la Constitución. El Consejo de Regencia funcionará como órgano consultivo del Rey hasta el día en que cumpla veinte años». El Consejo de Regencia está presidido por el Presidente del Tribunal Constitucional. También está compuesto por el Jefe de Gobierno, el Presidente de la Cámara de Representantes, el Presidente de la Cámara de Consejeros, el Presidente delegado del Consejo Superior del Poder Judicial, el Secretario General del Consejo Superior de Ulemas y diez personalidades designadas por el Soberano.

Todas estas reformas en el plano nacional también dan lugar a iniciativas de alcance mundial que marcan el compromiso de Marruecos con las mayores causas humanas, especialmente la ecología y la protección del planeta. Es en este sentido que, el 15 de noviembre de 2016, el ex Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, presidió junto a S.M. el Rey Mohammed VI la Cumbre de la COP22. La organización de esta conferencia en Marruecos por segunda vez, después de la sesión de 2001, refleja el apego del Soberano al marco multilateral para abordar los desafíos internacionales. Organizada en Marrakech, esta conferencia es una prueba del interés que el Soberano otorga a las cuestiones del medio ambiente y el clima entre las prioridades del Reino. De hecho, Marruecos se encuentra entre los primeros Estados que han contribuido al surgimiento de una conciencia mundial sobre el cambio climático, desde su participación en 1992 en la Cumbre de la Tierra de Río, donde, en su calidad de Príncipe Heredero en ese momento, dirigió la delegación de Marruecos.

Un líder en África

Siempre en el plano de la política internacional del Reino, hay que destacar una fecha de primer orden. El 30 de enero de 2017, Marruecos recupera oficialmente su asiento en la Unión Africana. Fue durante la 28ª Cumbre de la UA, celebrada en Addis Abeba (Etiopía). Esta cumbre marcó un punto de inflexión histórico en la vida de la organización panafricana. Así, después de más de 33 años de ausencia, Marruecos ha recuperado su lugar natural dentro de su familia institucional. Regresó por la puerta grande, como lo demuestra la cálida acogida que se le reservó.

Al reincorporarse a la Unión Africana, Marruecos no hizo más que sellar jurídicamente una realidad ya existente. Nos enfrentamos a numerosas acciones que han cambiado el rostro de Marruecos y le han dado un brillo internacional de primer orden. Esto fue coronado, el 14 de mayo de 2019, por la distinción de S.M. el Rey Mohammed VI, quien recibió el Premio «Ellis Island Medal of Honor». Este premio, otorgado por la «Ellis Island Honors Society», generalmente se atribuye a personalidades americanas e internacionales cuyas contribuciones personales, profesionales y filantrópicas benefician a la comunidad mundial. También en esta lógica de diálogo humano entre culturas se debe entender toda la simbología de esta fecha: el 30 de marzo de 2019, por invitación del Soberano, el Papa Francisco llegó a Marruecos para una breve visita. Un encuentro bajo el signo del diálogo interreligioso. Centrado en el diálogo con el Islam y la problemática de las migraciones, dos prioridades de su pontificado. Después de una reunión privada con S.M. el Rey Mohammed VI en el Palacio Real, el Papa visitó el Instituto de Formación de Imames, que acoge a marroquíes y extranjeros de una decena de países, incluyendo Francia. Son 1.300 estudiantes, hombres y mujeres, que siguen cursos en este establecimiento, punta de lanza del islam moderado promovido por el Soberano, Amir Al Mouminine.

Esta dinámica Real también se mide frente a los desafíos mundiales y las grandes crisis que pueden afectarnos, como fue el caso de la pandemia del Covid-19. En este sentido, el 15 de marzo de 2020, S.M. el Rey Mohammed VI dio sus altas instrucciones al gobierno para proceder a la creación inmediata de un Fondo especial dedicado a la gestión de la pandemia del coronavirus. Una acción de gran envergadura que fue seguida, el 17 de marzo de 2020, por otra más, ya que el Soberano presidió, en el Palacio Real de Casablanca, una sesión de trabajo dedicada al seguimiento de la gestión de la propagación de la pandemia del coronavirus en nuestro país y a la continuación de la adopción de medidas para hacer frente a cualquier evolución. Esto culminó, el 22 de marzo de 2020, en plena crisis sanitaria mundial, con otra decisión de peso. S.M. el Rey Mohammed VI, Jefe Supremo y Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Reales, dio sus altas instrucciones al General de Cuerpo de Ejército, Inspector General de las FAR, Abdelfettah Louarrak, al General de Cuerpo de Ejército, Comandante de la Gendarmería Real, Mohamed Haramou, y al Inspector del Servicio de Salud Militar de las FAR, el General de Brigada Mohamed Elabbar, para que la medicina militar participe conjuntamente con su homóloga civil en la delicada misión de lucha contra la pandemia del Covid-19.

Siempre con el objetivo de luchar eficazmente contra esta terrible pandemia, el 5 de julio de 2021, el Soberano presidió la ceremonia de lanzamiento y firma de los convenios relativos al proyecto de fabricación y envasado en Marruecos de la vacuna anti-Covid y otras vacunas. Este proyecto estructurante se inscribe en el marco de la voluntad del Soberano de dotar al Reino de capacidades industriales y biotecnológicas completas e integradas, dedicadas a la fabricación de vacunas en Marruecos.

El Sahara Atlántico

En cuanto al dossier del Sahara marroquí, el reinado del Soberano está marcado por grandes victorias diplomáticas a todos los niveles, ya que la comunidad internacional se ha alineado en su gran mayoría con la solución marroquí, la única fiable y viable. Es en este sentido que el 24 de julio de 2024, queda como un día importante ya que Francia finalmente se unió al concierto de grandes naciones que han reconocido el plan marroquí para el Sahara.

También en este sentido, el 8 de abril de 2022 marca un día importante para Marruecos. «Histórico», «Estratégico», no faltan palabras en Marruecos para describir esta visita inédita del primer Ministro español a Rabat. Todo se ha pensado minuciosamente: una audiencia Real, una declaración conjunta para testimoniar la importancia del encuentro entre S.M. el Rey Mohammed VI y Pedro Sánchez. La audiencia se saldó con una declaración conjunta, con el fin de materializar esta nueva relación. Calificado de «histórico», este documento constituye el marco que regirá las relaciones entre ambas partes en el futuro. Su implementación está supervisada por un comité cuyos miembros son designados por el Soberano y Pedro Sánchez. Con un logro significativo: el apoyo de Madrid a la visión de Rabat para resolver la cuestión del Sahara. Un apoyo que marca un punto de inflexión histórico. En el contexto de esta dinámica, Washington ha reconocido la marroquinidad del Sahara, demostrando al mundo que este falso asunto del Sahara marroquí, creado de todas piezas por los enemigos del éxito de Marruecos, está en vías de resolverse a favor de la legitimidad histórica, que está respaldada por realidades de terreno que no dejan lugar a dudas. Solo hay que visitar el sur del Reino para ver cómo toda esta hermosa región del país ha evolucionado, experimentando un auge sin precedentes. Esto demuestra todo el trabajo y los esfuerzos realizados para convertir todas las regiones marroquíes en polos de prosperidad y zonas de inversión para el bienestar de las poblaciones locales. Lo que justifica hoy los numerosos grandes proyectos iniciados en el Sahara marroquí, como ocurre en otras partes, en el Oriental, en el norte, en el centro y en las principales ciudades del país, que están experimentando transformaciones profundas y significativas.

Esta es la gran visión del Soberano: llevar al Reino hacia el progreso, inscribiéndolo en la modernidad y protegiendo nuestros valores, nuestros logros, nuestras herencias y nuestras tradiciones.

Se ve claramente, en el centro de todo este vasto proyecto de sociedad, está la persona federadora de un Rey. Un Monarca iluminado. Un Rey modesto cuya humildad ha marcado al mundo entero. Un Jefe de Estado que se encuentra con su pueblo, que escucha sus expectativas. Un Rey de su tiempo. Un hombre de estilo, un amante de las artes y los artistas, un coleccionista, un melómano, un Rey para quien la cultura siempre será el desafío de todas las grandes naciones que apuestan por la inteligencia, la creatividad, el pensamiento audaz y constructivo para construir un mundo mejor. Un Rey viajero, un peregrino que recorre el mundo, colocando a su país en el centro de los intereses, actuando por la unión de los hombres en torno a un solo sueño, el de vivir en un mundo de paz, amor y tolerancia. S.M. el Rey Mohammed VI ha logrado hacer de Marruecos el país árabe más citado como ejemplo. ¡Miremos lo que sucede en otros lugares! Marruecos encarna la excepción a todos los niveles. Un país moderno. Una nación orgullosa de sus logros. Un pueblo unido en torno a su Rey para escribir el futuro.

Por ABDELHAK NAJIB, Escritor y periodista. Versión redactada en español por El periódico marroquí.

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