Política

la relación España-Marruecos más allá de las polémicas

El escándalo conocido como la «trama Koldo» sigue sumando capítulos turbios a la crónica política reciente de España. En medio de grabaciones, adjudicaciones sospechosas y luchas internas dentro del PSOE, ha vuelto a salir a la luz el nombre de Marruecos, mencionado como si fuera un actor en la sombra. Una insinuación peligrosa, infundada y, sobre todo, profundamente injusta.

“También está el tema de Marruecos, que eso sale, y aquí nadie dice nada”, dijo Koldo García a José Luis Ábalos, según recoge el informe de la Guardia Civil. La frase, lanzada sin contexto ni precisión, está sirviendo como combustible para teorías especulativas y titulares sensacionalistas. Una vez más, se recurre a Marruecos como cortina de humo cuando lo que realmente se investiga es corrupción interna, licitaciones públicas irregulares y redes de presión política.

¿Dónde está el verdadero foco?

Las conexiones entre Begoña Gómez y el Africa Center del IE —y por extensión con APD Maroc— se están usando para alimentar sospechas que, hasta la fecha, no se sostienen con hechos ni pruebas. Lo que sí está documentado, en cambio, es el esfuerzo del Reino de Marruecos por construir un espacio de colaboración educativa, económica y tecnológica entre África y Europa. ¿Por qué convertir esto en sospechoso?

Marruecos no necesita defender su papel con insinuaciones: sus cifras, su diplomacia y sus alianzas hablan por sí solas.

Marruecos, socio estratégico de presente y futuro

A día de hoy, Marruecos es el primer socio comercial de España fuera de la Unión Europea, con intercambios que superan los 20.000 millones de euros anuales. Las empresas españolas están presentes en infraestructuras, energías renovables, tecnología, logística portuaria y formación en todo el territorio marroquí.

No es casualidad: el Reino ha sabido posicionarse como una plataforma estable y moderna, que conecta Europa con África subsahariana. Lejos de ser un “problema”, como algunos quieren hacer creer, Marruecos es una pieza clave para la estabilidad y el crecimiento compartido en el Mediterráneo occidental.

El riesgo de alimentar narrativas sin pruebas

Los servicios de inteligencia españoles no han demostrado ni señalado oficialmente ninguna implicación de Marruecos en el supuesto espionaje al móvil del presidente Sánchez. Las especulaciones, que surgieron en medios franceses en 2022, nunca fueron confirmadas. Pero a pesar de ello, algunos actores políticos y mediáticos siguen repitiéndolas como verdades incuestionables.

No es la primera vez que Marruecos se ve utilizado como “comodín” en la política interna española, especialmente cuando surgen casos de corrupción o crisis de liderazgo. Es una estrategia vieja: señalar al otro cuando el problema está dentro.

Lo que verdaderamente necesitamos

Lo que España necesita hoy no es sospechar de sus socios, sino reforzar la cooperación con aquellos países que pueden ofrecer soluciones estratégicas a desafíos comunes, como la migración, la seguridad energética, la formación, el desarrollo sostenible y la estabilidad regional.

Marruecos ha tendido la mano una y otra vez. Ha demostrado que quiere avanzar en una relación moderna, constructiva y basada en el respeto mutuo. Lo mínimo que merece es no ser incluido como actor sospechoso en una historia que no escribió.

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